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Joyas de vacaciones

¿Cómo cuidarlas en verano?

Si estás a punto de irte de vacaciones a la costa… ¡esto te interesa!

Seguro que llevas semanas pensando en tus vacaciones soñadas desde hace meses. Ya te imaginas tumbad@ en una hamaca al lado de la piscina o en el chiringuito en primera línea de playa, ¿verdad?

Entre una de nuestras grandes aficiones en verano destacamos la de tomar el sol sobre la toalla. Sin embargo, “torrarnos al Sol” presumiendo de nuestras joyas no es lo más ideal, ya que la mayoría de los metales, al calentarse, ¡pueden provocarnos quemaduras en la piel! Así que muchísimo cuidado con esto.

Tampoco podemos evitar sudar en verano – especialmente, considerando las altas temperaturas y olas de calor que están abrasando el país de cabo a rabo – por lo que, también pueden salirnos reacciones alérgicas o dermatitis alrededor de las zonas donde llevamos nuestros collares o anillos, por ejemplo. Adicionalmente, el sudor junto al agua salada, cloro y crema solar, conforman la lista de principales responsables de la alteración de la propia composición de los metales.

Bueno, no queremos ser aguafiestas… pero, queremos advertirte y compartirte un par de recomendaciones para que cuides bien tus joyas durante tus días de descanso. Mejor ser precavidos, porque ya lo dice el refrán: “Más vale prevenir que curar”.

Surtido de colgantes de oro amarillo, oro blanco y rosa de Blasco Joyero
  • El oro amarillo y el oro blanco:

El oro se trata de un metal noble muy estable y resistente a la corrosión y oxidación, por tanto, es “inmune” a los estragos producidos por el sudor, agua del mar o cloro de las piscinas. Aunque, si tu pieza de oro es muy antigua o fina, el roce continuo de la arena podría erosionarla.

Por otro lado, tenemos el oro blanco que se caracteriza por un recubrimiento de rodio para resaltar y enfatizar el color. Debido a tal condición, su resistencia es menor. Por lo que, al sumergir nuestra joya en agua, ésta podría perder su brillo.

En conclusión, el oro más resistente o “water-proof” es el natural o de 24 quilates (también el más costoso).  Sin embargo, lo más común es que nuestras joyas no sean de oro natural, sino que estén fabricadas a partir de la aleación con otros metales. Por ello, las piezas con más riesgo a estropearse o verse deslucidas tras el verano son, por ejemplo, las de oro de 14 K o 9 K que al contacto directo y prolongado con el agua u otros líquidos, pueden perder su brillo más fácilmente.

  • Diamantes:

Se considera la gema más dura del planeta y se encuentran al mismo nivel de resistencia que el oro. Sin embargo, aunque esté a prueba de ralladuras, no quiere decir que no se pueda romper a consecuencia de un fuerte golpe.

Pese a haber demostrado una gran resiliencia bajo los influjos e inclemencias del verano, pueden dañarse a consecuencia de la sal del mar. ¿Cómo? Sus facetas pueden mancharse y quedar ‘opacos’ perdiendo ese brillo que tanto nos gusta.

  • Plata:

Otro metal noble como el oro, pero más blando. Debido al sudor, nuestras joyas de plata pueden entrar en estado de oxidación. Como resultado, sale esa pátina oscura a la palestra y adquieren ese aspecto negruzco.

La plata 925 o Sterling Plata es un metal bastante robusto, sin embargo, también puede perder fácilmente su pátina de brillo si se somete, de forma continuada, a baños en agua salada o cloro. Cuidado también con los productos solares o perfumes, ya que también acabarán por estropearla.

Cintillo montado en oro blanco de 18 K y diamantes

Entonces…¿Qué hacer?

Como nuestra principal recomendación, evita darte un baño con tus joyas puestas. No sólo porque el agua pueda acabar estropeándolas… ¿y si se te caen y se las lleva la corriente? Eso también duele de pensarlo, ¿cierto?

Aun con todas estas advertencias, lo cierto y verdad es que el verano es la mejor época del año para sacar a lucir nuestras piezas de joyería, ya que nuestra vestimenta brinda de un mayor protagonismo a un bonito colgante o a un conjunto de pulseras, por ejemplo. Por ello, ¡anímate a presumirlas estas vacaciones! Ya sea en una cena, cuando salgas a pasear o en una reunión de amigos… siempre y cuando puedas mantenerlas lejos y a salvo de agentes externos como el Sol, la sal o el agua de las piscinas.

Si a la vuelta del verano notas que tus joyas se han vuelto un pelín más opacas o se han decolorado un poquito… ¡que no cunda el pánico! Un joyero experimentado puede ayudarte a restaurarlas sin problema.

Te invitamos a que vengas a visitarnos a C/Barítono Marcos Redondo, 3, en Murcia. En Blasco Joyero puedes confiar para devolverle la vida a tus gemas favoritas y que parezcan completamente nuevas.

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